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Arquitectos: Arteks Arquitectura, Ginjaume Arquitectura i Paissatge; Arteks Arquitectura, Ginjaume Arquitectura i Paissatge
- Área: 638 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Pol Viladoms
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Proveedores: Carinbisa, Ecotècnic, Guives, Simonin
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El nuevo refugio de l’Illa se sitúa en un entorno idílico del Pirineo andorrano a 2.488 m de altura, un paraje de una belleza extraordinaria fruto de la interacción del hombre y el medio, el cual dio lugar al aspecto característico del refugio original, un edificio construido en los años 30 y cuya reforma integral y ampliación fueron el objeto de este proyecto.
Las principales dificultades que nos encontramos a la hora de encararlo fueron la interacción con las preexistencias de un entorno protegido y sensible (Patrimonio cultural mundial UNESCO), unas condiciones climatológicas extremas que sólo permitían el trabajo durante el verano, un enclave sin acceso rodado y la autosuficiencia energética tanto a la hora de la puesta en obra como al posterior funcionamiento del edificio.
Todos estos extraordinarios desafíos fueron transformados a través de decisiones estratégicas en los elementos característicos que darían forma al proyecto.
Formalmente, utilizar el edificio existente como zócalo estructural nos ayudó a minimizar el costo económico y la generación de residuos en un entorno ambientalmente sensible.
La estructura de pórticos de madera que da a los espacios interiores un característico aspecto de edificio de montaña cálido y a la vez moderno, aprovecha toda la altura y con sus estudiados ángulos de cubierta, ayuda a descargar la elevada carga de nieve acumulada en invierno y favorece la captación de energía de las placas solares y fotovoltaicas.
Un hecho característico y singular que ha dotado de una complejidad añadida a todo el proceso y que ha determinado que nos decantemos por materiales ligeros y prefabricados ha sido el hecho de poder acceder al sitio únicamente a través de helicóptero. Por ello, la mayoría de los elementos interiores son de madera prefabricados en taller y montados en obra. Como resultado el edificio pesa aproximadamente un tercio de una construcción convencional de las mismas características y su tiempo de ejecución total ha sido tan sólo de 6 meses.
Finalmente destacar que se trata de un edificio 100% desconectado de cualquier red de abastecimiento. Por este motivo, un objetivo fue lograr una autosuficiencia energética de al menos 4 días. Para lograrlo se agrupó todo el programa con requerimiento climático en el nuevo edificio cuya envolvente térmica está perfectamente aislada y acondicionada, dejando todo lo referente a las instalaciones en el edificio existente. Justamente las instalaciones son una parte importante de esta autosuficiencia lograda a través del uso de placas solares y fotovoltaicas, de un sistema autónomo de saneamiento que a través de filtros de coco permite devolver todas las aguas ya tratadas al medio natural y por último un eficiente sistema de ventilación controlada con recuperador de calor que evita el intercambio directo de aire con la gélida temperatura exterior.
El resultado final da respuesta a la evolución del medio y además a los nuevos usos y al rápido crecimiento de las actividades de montaña en el entorno pirenaico, convirtiendo el deteriorado y antiguo edificio existente en un refugio de montaña moderno, el cuarto refugio más alto de los Pirineos. Un lugar preparado para alojar tanto a los excursionistas como a los guardas que convivirán de una manera confortable y acogedora, en un refugio dotado de todos los servicios necesarios para disfrutar de un entorno único y privilegiado.